A la hora de cimentar tu estrategia de contenidos en los diferentes canales de redes sociales en los que tenga presencia tu cliente hay que delimitar una serie de pautas para diseñar la mejor hoja de ruta. Entre ellas se encuentra dentro de una planificación que previamente habremos prefijado en base a una estrategia comunicacional de la marca o servicio.
En definitiva, tenemos que ser capaces de crear una fórmula que mantenga un equilibrio en la linea comunicacional del mensaje que se quiere transmitir. Para ello debemos contar con algunas pautas fundamentales para que el experimento no se evapore.
Antes de abordar esta designación de contenidos por canal, formato y día de publicación tendremos haber concretado con el cliente los puntos fundamentales sobre los que se asienta la estrategia. Tendremos que abordar los diferentes tipos de mensajes que podemos proyectar (inspiracionales, promocionales, transaccionales, etc).
También es muy relevante puntualizar el tono en el que nos expresemos que se deberá emplear en función, por ejemplo, del canal en el que se muestra -Facebook, Twitter, LinkedIn, entre otros-. O al target al que nos queremos proyectar. Este último, segmentado por edad, sexo, intereses, geolocalización, etc.
Por su parte, antes de comenzar a desarrollar los contenidos que se compartirán en las plataformas sociales en las que la marca tenga presencia, debemos llevar a cabo un ejercicio de lectura e investigación. ¡Lo sé! Al principio puede sonar una tarea un tanto aburrida y farragosa. Sin embargo, el hecho de sacar la lupa para ver -y sobre todo observar-, cómo actúa la competencia y otros perfiles similares al objeto y misión de tu cuenta, te ofrece muchas ventajas.
En primer lugar te permite establecer un punto de referencia en el que vislumbrar cuándo y de qué manera esas marcas se muestran a la audiencia. Por otro lado, puedes esclarecer qué tipo de mensaje y cuál no acapara mejor engagement. Además puedes categorizar los tipos de formatos audiovisuales emplean y la viralidad que ello genera (imagen estática, gifs, videos, carrusel…)
No todo vale. A la hora de plantear los contenidos debemos de preparar la masa con lo que los vamos a cocinar. Esta no es otra que la de darle una orientación a los textos que vamos a elaborar en forma de mensaje. ¿Qué queremos proyectar en nuestro calendario editorial de redes sociales? Entre los principales objetivos que delimitan esta organización de contenidos se encuentra de generar engagement, potenciar el tráfico web, el registro de leads, venta final o únicamente focalizarlo en branding y viralidad de marca.
Una de las acciones más destacadas y que pueden servir como instrumento generador de viralidad es el de marcar y preetablecer un tipo de contenido principal. E incluso otros secundarios. Estos son en relación a una serie de fechas señaladas que se traducen en trending topic ante el aluvión de contenidos y menciones que se generan en los canales sociales.
Por ejemplo, si gestionamos las redes sociales de una franquicia de veterinarias, sería interesante remarcar (bien grande y en rojo) las fechas dedicadas al Día internacional de los Animales, el Día Mundial del Perro, el Año nuevo chino (siempre dedicado a una especie animal), el Día del Veterinario, etc.
En esta misma línea que circula en relación a las temas que son tendencia en momentos puntuales del calendario, también es de gran importancia hacerse eco de aquellas noticias y contenidos que están relacionados con el sector en el que se posiciona el servicio en cuestión.
Por ejemplo, recientemente los medios de comunicación informaban acerca del contagio por listeriosis provenientes en determinados artículos comercializados de carne mechada. En ese momento, quizá podríamos aprovechar para publicar un post en el blog del centro veterinario que gestionamos. En él ahondaríamos acerca de qué es esa bacteria y cómo puede desarrollarse, para posteriormente incluirlo en el calendario editorial y compartirlo con nuestros seguidores de Facebook.
Es sobradamente archiconocido el término hashtag. Sobre todo entre los más jóvenes -y cada vez más entre los que no lo son tanto-, como elemento casi indispensable a la hora de comunicarnos a través de canales como Twitter o Instagram. La almohadilla (#) de toda la vida se ha convertido en una herramienta de etiquetado y categoriazación de los contenidos. Esta nos permite concentrar un determinado asunto o discusiones que desean ser indexadas.
Todas estas no son nada más que algunas de las principales referencias y pautas que debemos contemplar y emplear a la hora de ponernos a diseñar un calendario editorial sobre el que fluya la corriente de comunicación de una determinada marca o servicio a través de esos altavoces sociales conocidos como redes sociales.
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