Seguro que has oído o leído acerca de las archiconocidas KPI en Redes Sociales en materia de acciones dentro de un plan de marketing digital. Para tomar un punto de partida, estamos hablando de key performance indicator. O lo que es lo mismo: indicadores clave de rendimiento para medir la efectividad de nuestras acciones prefijadas dentro de una estrategia en concreto. Estas KPIs son las que permiten esclarecer e identificar la productividad que está aglutinando dicha estrategia
Partimos de la base de que las KPI en Redes Sociales se establecen como las metas que valorarán el éxito o fracaso de las tácticas y procedimiento que se ejecute durante el proceso de gestión estratégica. Por ejemplo, podríamos poner el caso de llevar a cabo la implementación de un calendario editorial de contenidos en redes sociales. Este podría ser un punto de partida a partir del cual establecer nuestros primeros objetivos a corto, medio y/o largo plazo. En este sentido, vamos a apostar por la delimitación de una categorización de KPIs en materia de gestión orgánica de Redes Sociales.
A continuación, vamos a resaltar algunos de los objetivos básicos y los KPI con los que irían dados de la mano:
Dentro de esta primera matriz, el objetivo fundado de aumentar la comunidad en los diferentes canales sociales estará motivado, por ejemplo, con el KPI de Nuevos Followers, así como el que nos indica quién ha hecho Unfollow
La participación activa de la audiencia con las publicaciones en los diferentes canales social media supone un escenario cuyo objetivo es prioritario. Este nivel de engagement podríamos analizarlo en base a KPIs como los comentarios generados, los post compartidos, el índice CTR, las reacciones en contenidos (Like, Retweet, Guardado…) u otros índices como el engagement rate.
El reconocimiento y recuerdo continuo de una marca es primordial. Una manera práctica de mantener un eco continuado dentro del mercado en el que se muestre. Para conseguir las metas que establezcamos en este apartado, podríamos fijarnos en índices como el número de impresiones de los post o las búsquedas orgánicas que se generen al respecto.
La visibilidad de una marca, servicio o negocio se traduce a la postre en esa generación de visibilidad web. Un tráfico (que busca ser cualificado) entre un público objetivo o potencial. De esta manera, para evaluar el desarrollo hacia el cumplimiento del objetivo en cuestión, son varias las KPIs de rendimiento que pueden vislumbrar este camino. Por ejemplo, las sesiones generadas a la web desde la parte Social Media, la duración media de la visita o el número de páginas vistas serán una gran referencia de KPI en redes sociales a tener en cuenta.
Cada vez son más quienes se rigen por los comentarios, valoraciones y reseñas de terceros para tomar una determinada decisión. Por ejemplo, a la hora de decidirse por completar una transacción. De esta forma, esta reputación se podrá medir si se establecen KPIs como el volumen de valoraciones por canal que se han registrado o la nota media de las mismas.
Estos son tan solo algunos ejemplos de -en base a qué objetivos-, cuáles son las KPIs de los que nos podemos servir. La idea como apuntamos es la de dar viabilidad a nuestro análisis y seguimiento evolutivo de una determinada estrategia en materia de gestión orgánica de Redes Sociales.
Los principios de la metodología SMART se van a establecer como los cimientos necesarios que sustentarán los objetivos que queremos marcarnos dentro de una determinada estrategia. Un camino en el que las metas propuestas se jerarquizan en base a una efectividad lo más objetiva posible.
El modelo de ejecución para plantear estos objetivos implica que estos deben cumplir una serie de premisas. Estas se conformarán a partir de este acrónimo SMART (Specific, Measurable, Achievable, Relevant , Time-bound). Los objetivos deben ser:
“Lo que no se mide, no se puede mejorar”
Siempre es recomendable fijar muy bien cuáles serán los objetivos clave para poder centrar la mirilla en base a las KPI que más nos interesen y nos faciliten llegar a la meta propuesta.
Según lo comentado hasta ahora podemos asegurar que las KPI son métricas vinculadas al desarrollo de una estrategia en base a unos objetivos prefijados de la empresa para conseguir una finalidad concreta. Así podremos ir evaluando y comprobando si estamos escalando hacia dicho objetivo.
Sin embargo, debemos rescatar la afirmación que redunda en que no todas las métricas son KPI, ya que el análisis de ellas no tiene porqué ofrecer datos eficientes sobre la estrategias implementadas. Por lo tanto, aunque todos las KPI son métricas de negocio, no todas las métricas son KPI. Su principal diferencia radica en la forma en la que pueden ser interpretados para conducir a determinadas conclusiones.
A diferencia de las KPI, una métrica determina un valor de carácter más genérico. Además se caracterizan por compartir un dato en términos más porcentuales o numéricos en relación a una determinada acción dentro de la actividad. Mientras tanto, como veiamos previamente, la KPI está alineada con un objetivo fijado y permitirá llevar ese seguimiento para validar su progresión. Incluso será modulable y susceptible de ser modificado para adecuarse a la optimización de la estrategia.